Genera Historia

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sábado, 5 de julio de 2014



5 de julio
Tal día como hoy, en el año 1601:

comienza el sitio de Ostende por los tercios del Imperio español.

Sitio de Ostende, obra de Pieter Snayers.


Sitio de Ostende

El sitio de Ostende fue un asedio de más de tres años de duración en el que los tercios del Imperio español cercaron y conquistaron la ciudad de Ostende (actual Bélgica), defendida por las fuerzas de las Provincias Unidas de los Países Bajos con el apoyo de tropas inglesas, desarrollado en el contexto de la Guerra de Flandes.

El empeño de ambos bandos en la disputa por la única plaza holandesa en la provincia de Flandes, hizo que la campaña se prolongase más que cualquier otra en el transcurso de la guerra, provocando uno de los asedios más largos y cruentos de la historia mundial: más de 100.000 personas resultaron muertas durante el sitio.

Tras la conquista de Ostende por los tercios de Ambrosio Spinola, la ciudad quedó totalmente destruida. Los objetivos españoles de controlar la plaza, con un alto valor estratégico por su situación geográfica dominando el mar del Norte, se vieron frustrados por la conquista holandesa del puerto de La Esclusa un mes antes de la rendición de Ostende. El coste económico de una campaña tan larga y el elevado número de bajas llevaron a los dos bandos en guerra a plantearse la necesidad de una tregua, que se plasmaría cinco años después en la Tregua de los doce años.

Contexto histórico

En 1568, durante el reinado de Felipe II de España, los Países Bajos, hasta entonces bajo el dominio del Imperio español, se alzaron en armas contra la corona española en respuesta a las imposiciones religiosas católicas y las cargas económicas a las que los sometía el imperio, intentando conseguir su independencia en una serie de batallas que constituirían la Guerra de los Ochenta Años o Guerra de Flandes.

En 1601, siendo rey Felipe III y su valido el duque de Lerma, España a pesar de mantener su hegemonía a nivel mundial, se encontraba económicamente debilitada: la quiebra de la Hacienda Real en 1575; la guerra con Francia que duraría hasta 1598; la guerra con Inglaterra librada desde 1585, que incluyó el desastre de la Armada Invencible; las operaciones contra los otomanos en el Mediterráneo; y la guerra de Flandes contra las fuerzas rebeldes de las Provincias Unidas de los Países Bajos hacían que España dependiera financieramente de las inciertas remesas que la flota del tesoro traía de las colonias. Los archiduques Alberto de Austria e Isabel Clara Eugenia, cuñado y hermana de Felipe III, gobernaban como soberanos los Países Bajos.

La situación de las Provincias Unidas no era mucho mejor. Después de más de treinta años de guerra, y con el comercio exterior bloqueado por el embargo que España mantenía contra ellas, la flota holandesa2 intentaba aliviar la precariedad de sus finanzas expandiéndose comercialmente hacia las Indias.

Mauricio de Nassau era estatúder y Johan van Oldenbarnevelt gran pensionario al frente de los Estados Generales de los Países Bajos.

Importancia de Ostende



Fundada quinientos años antes, la ciudad de Ostende era a mediados del siglo XVI una villa pesquera de unos 3.000 habitantes. Sólo a partir del inicio de la guerra ganaría importancia por su posición estratégica: situada en la provincia de Flandes Occidental, a orillas del Mar del Norte, fue fortificada por los holandeses entre 1583 y 1590, y convertida en un importante puerto militar. En 1600 el ejército de las Provincias Unidas bajo el mando de Mauricio de Nassau utilizó Ostende como base de operaciones para invadir Flandes, en un intento por conquistar la ciudad de Dunquerque que terminaría con la victoria holandesa en la batalla de Nieuwpoort.

Fundada quinientos años antes, la ciudad de Ostende era a mediados del siglo XVI una villa pesquera de unos 3.000 habitantes. Sólo a partir del inicio de la guerra ganaría importancia por su posición estratégica: situada en la provincia de Flandes Occidental, a orillas del Mar del Norte, fue fortificada por los holandeses entre 1583 y 1590, y convertida en un importante puerto militar. En 1600 el ejército de las Provincias Unidas bajo el mando de Mauricio de Nassau utilizó Ostende como base de operaciones para invadir Flandes, en un intento por conquistar la ciudad de Dunquerque que terminaría con la victoria holandesa en la batalla de Nieuwpoort.

Ocupando una superficie de menos de un kilómetro cuadrado, estaba dividida en dos partes, la ciudad vieja junto al puerto y la nueva, ambas separadas por un canal, con puentes que las unían; el conjunto estaba fuertemente amurallado y aislado de tierra firme por terreno arenoso y pantanoso; rodeada por el este por el canal Geule, ancho, profundo y navegable, que servía como entrada para el tráfico marítimo hacia la ciudad; por el oeste por el canal Old Haven, que por su poco calado no era navegable pero tampoco se podía vadear fácilmente (ambos canales servían como fosos defensivos, cuyo nivel de agua podía ser regulado desde las esclusas situadas en la ciudad); por el sur un entramado impracticable de arroyos y pantanos; y por el norte abierta al mar, por donde podía recibir refuerzos y suministros durante la pleamar sin impedimento.

Su conquista no parecía sencilla con los medios al uso en la época: excavación de trincheras y minado subterráneo. Ya en 1587, durante los preparativos de la invasión de Inglaterra por la Armada Invencible, Alejandro Farnesio, gobernador de los Países Bajos en nombre de España, había rechazado la idea de su conquista por considerarla una empresa temeraria.

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lunes, 30 de junio de 2014

28 de junio
Tal día como hoy, en el año 1412:

En España se hace público que el infante castellano Fernando de Trastámara es nombrado rey de Aragón, adoptando el nombre de Fernando I (Compromiso de Caspe).

Fernando I de Aragón


Fernando I de Aragón (Medina del Campo, 27 de noviembre de 1380 - Igualada, 2 de abril de 1416). Llamado también Fernando de Trastámara, Fernando de Antequera, Fernando el Justo y Fernando el Honesto, fue infante de Castilla, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Sicilia, de Cerdeña y de Córcega; duque de Neopatria y de Atenas; conde de Barcelona, de Rosellón y de Cerdaña; y regente de Castilla. Fue el primer monarca aragonés de la dinastía castellana de los Trastámara, si bien era Aragón (como el resto de los pretendientes al trono en el Compromiso de Caspe) por la rama materna, pues su madre Leonor de Aragón era hermana de Martín I de Aragón, llamado el Humano.

sábado, 28 de junio de 2014

27 de junio
Tal día como hoy, en el año 1542:

Juan Rodríguez Cabrillo reclama la soberanía española de California.





Juan Rodríguez Cabrillo


Juan Rodríguez Cabrillo (¿1498-1500? — un lugar frente a la costa del sur de California, 3 de enero de 1543) fue un marino y explorador portugués conocido por haber realizado una de las primeras expediciones europeas de la costa oeste de América del Norte mientras navegaba al servicio de la Corona Española, navegando cerca de la costa del actual estado de California y participando en la fundación de la ciudad de Oaxaca, en México.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Los caminos de Sefarad

Los caminos de Sefarad

España ha ofrecido la nacionalidad a los descendientes de los judíos expulsados en 1492, de forma automática y vivan donde vivan, si acreditan su vínculo.



En el texto bíblico que narra la cautividad de Babilonia en el siglo VI a.C., el Libro de Abdías, aparece una cita a Sefarad, aunque algunos estudiosos afirman que esa Sefarad era Sardes, una localidad de Asia Menor. La identificación de Sefarad con la península ibérica fue obra de Jonatan  ben Uziel,  un discípulo  del  famoso rabino Hillel el Viejo 
(h. 70 a.C.-10 d.C.).

Es improbable que hubieran llegado hebreos al extremo occidental del Mediterráneo a consecuencia del destierro impuesto por los babilonios, pero en la búsqueda de raíces por parte de algunas poderosas familias judeo-hispanas, la referencia bíblica era bienvenida. Con seguridad hubo comunidades judías en Hispania en los primeros siglos de la era cristiana, y desde entonces fueron configurando una comunidad con caracteres propios.

Durante la Edad Media, los judíos fueron expulsados de varios países, pero en algunos se les deja vivir en paz con tal de que no llamen la atención; se les tolera en el sentido que la palabra tolerancia tiene entonces.

En España, los judíos no solo son tolerados en el sentido que hemos dicho, sino que tienen una existencia legal: son parte integrante del reino, aunque situados en un plano de inferioridad en relación con los cristianos. Las comunidades judías disponen de cierta autonomía para juzgar y castigar conforme a sus leyes; tienen facultad para recaudar impuestos…

Todo cambia a finales de la Edad Media, con la Reconquista a punto de concluir. ¿Podía un Estado moderno, con su afán de racionalización, admitir la permanencia de comunidades separadas del Derecho común? Se sentó entonces el principio de que los súbditos tenían que ser de la misma religión que el príncipe, mál que les pesase.

No sólo es España la que reacciona de esta manera, sino toda Europa:  son los príncipes los que deciden la modalidad religiosa de su Estado. Los Reyes Católicos debieron pensar que la perspectiva de la expulsión animaría a los judíos a convertirse masivamente. Se equivocaron. Muchos prefirieron marcharse y seguir files a su fe.


lunes, 10 de febrero de 2014

10 de febrero

10 de febrero en 1930:

en España, el general Miguel Primo de Rivera abandona el país.


Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (Jerez de la Frontera, 8 de enero de 1870 – París, 16 de marzo de 1930) fue un militar, político y dictador español. Fue segundo marqués de Estella y Grande de España.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Castillo de Fatetar

Castillo de Fatetar


Castillo de Fatetar de noche.

Los orígenes del castillo de Fatetar no están muy claros, pues nunca se ha realizado un estudio detallado del mismo. Se han encontrado unas pequeñas láminas de sílex probablemente del Neolítico, pero al no haberse realizado ninguna excavación, no podemos asegurar nada relativo a esa época. Si tenemos en cuenta la historia del lejendario rey Héspero, podríamos suponer que el castillo fue en origen un observatorio astronómico o tal vez un templo.

Con el paso de los tiempos esta plaza fue sucesivamente reforzada por los turdetanos e íberos (de época íbera solo se conserva un amuleto en forma de colgante de barro cocido amarillento que simula una gota de agua). Según algunos autores, los cimientos de castillo pueden ser de origen romano, dados los hallazgos de esta época realizados en las laderas, tales como trozos de cerámica romana (sigillata), monedas, incluso un trozo de coraza de unas estatuas. También es probable que los visigodos hicieran de este enclave su fortaleza, pues de esa época son una ventana ciega con tres estrellas de seis puntas que se encuentra junto al brocal del aljibe, una piedra con decoración visigoda que actualmente se encuentra en la cripta de la iglesia parroquial, y una hebilla de cinturón. Durante la ocupación musulmana, Abderraman III construyó el castillo árabe en el año 914, dejando como alcaide a Yamil Uqba al Balawi al mando de un nutrido número de caballeros. Los historiadores musulmanes hablan de una vía de comunicación que pasaba por Espera. 

Castillo de Fatetar, vista llegando al pueblo de
Espera (Cadiz).

Tampoco se conoce con seguridad cuándo pasó a manos cristianas. Pudo ser conquistado por Fernando III el Santo en el año 1251, pero lo más seguro es que lo hiciera Alfonso X el Sabio en 1255 al conquistar Jerez. De todos modos el castillo quedó en manos musulmanas, pasando definitivamente a manos cristianas en 1264, cuando los castellanos ocuparon y poblaron toda la comarca. Junto con otros castillos de la Sierra y la provincia sirvió como fortaleza defensiva en la frontera entre los territorios cristianos y árabes. Al principio el castillo de Fatetar dependía de Arcos junto con una pequeña aldea, así como Carissa y Santiago de Criste (seguramente Santiago en las Viñas) y gozaba de los privilegios dados por Alfonso X a Arcos, otorgados en Sevilla y Toledo. En 1304 Fatetar, junto con Santiago de Criste y Carissa, fue concedido a Fernán Pérez Ponce de León por privilegiado dado en León por Fernando IV, el 4 de septiembre de dicho año. En 1375 pasa al poder de Alonso Fernández de Portocarrero y seguidamente a la casa de los Ribera.


En 1394 don Per Afán de Ribera compró la villa, término y castillo de Espera. Desde entonces el castillo pertenece a esta familia hasta que don Fadrique Enríquez de Ribera, en 1539, lo da en propiedad a la iglesia parroquial de Espera. A partir del siglo XVI el castillo queda abandonado. Sin embargo, ya hacía tiempo que su capilla estaba abierta al culto, quizás desde el tiempo de la conquista castellana, y sirvió como parroquia hasta 1610 en que se termina la de Santa María de la Victoria, posteriormente llamada Santa María de Gracia.

En 1755 fue parcialmente derruido como consecuencia del terremoto de Lisboa, y en 1810 fue rehabilitado por los franceses, al considerarlo posición estratégica. Todavía pueden verse alguna de estas obras, como por ejemplo el enlucido rosáceo de varias paredes y suelos. Una vez finalizada la Guerra de la Independencia, el castillo volvió a caer en el abandono, y cada vez eran mayores sus ruinas. En 1984, por medio del P.E.R., se limpió el castillo y se llega hasta el suelo de unas habitaciones excavadas en la roca y que se desconocían hasta ahora.


En el castillo todavía quedan restos muy claros de la dominación musulmana. Por ejemplo, la torre del Homenaje de forma cuadrangular, aunque con las esquinas exteriores recortadas. También nos queda una ventana ciega en forma ojival enmarcada en un alfiz y abundantes restos en murallas y paredes. También se conservan varias monedas de plata (dirhem) y bronce encontradas en las laderas, así como varios dedales de bronce para trabajar el cuero. Se encuentra en estado de ruina consolidada. En el año 1985 fue parcialmente restaurado, y se le añadieron algunos elementos. Es propiedad de la Iglesia Católica. Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Es de acceso libre. Más información en el teléfono (956) 720 011.




viernes, 31 de enero de 2014

31 de Enero

(31 de Enero)

Tal día como hoy en el año:

1938: en Burgos, traicionando la Constitución española, se constituye oficialmente el primer Gobierno español presidido por el general Francisco Franco, que sustituye a la Junta Técnica del Estado.

Fotografia de Francisco Franco
en Reus, (1940).

jueves, 30 de enero de 2014

Catalina de Navarra

Catalina de Navarra

(30 de Enero)

Tal día como hoy en el año:

1483 Catalina es nombrada reina de Navarra tras la muerte de su hermano Francisco I.

Retrato de Catalina I de Navarra
( autor desconocido ).

Catalina de Foix, también conocida como Catalina de Navarra (1468 - Mont-de-Marsan, 12 de febrero de 1517), fue reina de Navarra, Duquesa de Gandía, Condesa de Foix, Bigorra y Ribagorza, Duquesa de Montblanc, Duquesa de Peñafiel, Vizcondesa de Béarn. Hija menor de Gastón de Foix, Príncipe de Viana, y de Magdalena de Francia, hermana del rey Luis XI.

Se casó con Juan III de Albret (1484) al cumplir los 16 años. De esta unión nacieron 11 hijos. La prematura muerte de su hermano mayor Francisco Febus (1483) la convirtió en reina de Navarra bajo la tutela de su madre Magdalena de Francia. Su tío Juan de Foix, segundo en orden de sucesión, amparándose en la Ley Sálica, le disputó el trono entre 1483 a 1492, reanudándose la Guerra Civil de Navarra entre beaumonteses y agramonteses. La muerte en Medina del Campo de su hija Magdalena, rehén de Fernando el Católico (1504), provocó nuevas guerras entre los monarcas navarros y el conde de Lerín (1506-1508).

La inclinación que sentían los reyes navarros por la política francesa y las negociaciones para casar a su primogénito Enrique, Príncipe de Viana, con una hija de Luis XII de Francia, fueron los argumentos que esgrimió Fernando el Católico para enviar al Duque de Alba a conquistar el Reino de Navarra en 1512. El 25 de julio de 1512, Fadrique de Toledo, duque de Alba, ocupó Pamplona. La familia real tuvo que huir y buscar refugio en el Bearne. El 23 de marzo de 1513, las Cortes de Navarra, reunidas en Pamplona y a la que sólo fueron beaumonteses, proclamaron a Fernando el Católico "Rey de Navarra".

Posteriormente en 1515 las Cortes de Castilla en Burgos, sin presencia de ningún navarro como representante, se incorporó Navarra a la Corona de Castilla. Todos los intentos posteriores por parte de Catalina y Juan de Albret por recuperar su reino fueron inútiles; sólo su hijo, en 1530, logró reinar efectivamente como Rey de Navarra en Baja Navarra o Ultrapuertos, al replegarse el rey Carlos I de España por el difícil control de la zona.


wikipedia.org

martes, 28 de enero de 2014

Resumen de la Primera Guerra Mundial

Resumen de la
Primera Guerra Mundial
1914-1918


El Conflicto armado que comenzó en 1914 y finalizó en 1919, enfrentó a las potencias europeas y ha pasado a la historia como la Gran Guerra, debido a la destrucción masiva que tuvo lugar.


Causas de la Primera Guerra Mundial

La contienda se produjo debido a un giro en las relaciones internacionales: la política de Bismarck había logrado mantener la paz pese a una serie de conflictos o roces diplomáticos. Era una obra maestra, pero inestable, ya que había provocado la creación de alianzas que llevaron al rearme como forma de negociación y, por otro lado, la carrera colonial había multiplicado los problemas, ya que introdujo a nuevas potencias en el conflicto europeo.

El hecho clave que orientó la política internacional hacia el conflicto fue la caída de Bismarck, debido a lo cual se rompió la antigua política alemana de aislamiento de Francia y se evitó la alianza con Rusia. El otro factor fundamental se concretó en el abandono británico de su tradicional política de splendid isolation: Gran Bretaña firmó un tratado con Japón y logró una entente con Francia (la Entente Cordiale), tras el incidente de Fashoda; además, también logró un acuerdo con Rusia. En el fondo de estas maniobras diplomáticas subyacía el temor a una política armamentista, especialmente naval, de Alemania, estado que, tras la caída de Bismarck (1890), había preferido consolidar sus acuerdos con Austria-Hungría: la Dúplice Alianza.

Las crisis diplomáticas referidas habían consolidado los bloques: los roces fueron, en concreto, conflictos entre Alemania y Francia por la cuestión de Marruecos, así como problemas nacionalistas en los Balcanes, donde Rusia apoyaba a Serbia en contra de los intereses de Austria, que trataba de dominar a los pueblos eslavos.



La crisis marroquí

Con el reparto de África, el Reino Unido había acordado con Francia que ésta se hiciera cargo de la zona de Marruecos, pero Alemania pretendió evitarlo y ocupar parte de esta zona, puesto que el área tenía un alto valor estratégico que el Reino Unido controlase la orilla europea del estrecho desde la colonia de Gibraltar. El conflicto se solucionó con la Conferencia de Algeciras (1906), donde se asignó el protectorado de Marruecos a dos países: Francia y España. Esta crisis se denomina la primera crisis Marroquí.


La segunda crisis marroquí

En 1911 estalló una nueva crisis internacional por la presencia de un cañonero alemán en el puerto marroquí de Agadir. El problema, que a punto estuvo de anticipar la guerra, se solucionó con la cesión, por parte de Francia, de parte del Congo Francés (el actual Camerún) a Alemania, a cambio de que ésta aceptara el acuerdo franco-británico de reparto de África.


La primera crisis balcánica

El conflicto se produjo por la anexión en 1908 de Bosnia Herzegovina por parte de Austria: Serbia no lo aceptó y solicitó la ayuda de Francia y Gran Bretaña que, pese a todo, no intervinieron. El sentimiento nacionalista en los Balcanes creció enormemente, aunque Serbia no tuvo más remedio que aceptar los hechos consumados.


La segunda crisis balcánica

Entre 1912 y 1914 Serbia, que continuaba en guerra con Turquía, logró expulsar a los turcos de Europa y se hizo peligrosamente grande para Austria, país que empezó a considerar la necesidad de anexionarse Serbia para así evitar agitaciones eslavistas y frenar su avance territorial.

Debido a estos conflictos, las alianzas europeas se fueron consolidando mientras que, paralelamente, se desarrollaba el sentimiento belicista. Fue una época de enorme tensión internacional que hoy se conoce como la Paz Armada.

Esta tensión extrema estalló en 1914 con la última crisis, esta vez localizada en el corazón de los Balcanes: el 28 de junio de 1914, en Sarajevo (Bosnia), el heredero al trono austrohúngaro, el Archiduque Francisco Fernando y su mujer fueron asesinados por un estudiante del grupo secreto Unidad o Muerte. Como consecuencia de esta acción, Austria decidió anexionarse Serbia, ya que fue acusada de organizar el atentado. Austria ofreció a los serbios un ultimátum para que aceptara la acción policial y represiva de Austria en su territorio, no sin antes haberse asegurado la ayuda de Alemania en un posible conflicto internacional. Alemania aceptó este pacto creyendo que el resto de las potencias se mantendrían neutrales ante el conflicto; sin embargo, Rusia prefirió intervenir, temiendo que Austria tomara ventaja en los Balcanes (y con ello en el Mediterráneo), por lo que Francia decidió apoyar a Rusia para evitar volver a un aislamiento internacional y así impedir un hipotético enfrentamiento en solitario con Alemania.

Los acontecimientos se precipitaron con la declaración de guerra por parte de Austria a Serbia, que no aceptó las amenazas de los austríacos; más tarde, Alemania declaró la guerra a Rusia y a Francia porque habían decidido apoyar a Serbia. Alemania, como primer paso, ocupó Bélgica para atacar más tarde Francia, lo que provocó la entrada en el conflicto del Reino Unido como aliado francés.

La Primera Guerra Mundial había comenzado: Rusia, Inglaterra, Francia formaban la Triple Entente, a la que se unieron más tarde Serbia, Japón, Italia, Rumania, Grecia y Estados Unidos, entre otros, en contra de los Imperios Centrales: Alemania, Austria-Hungría y Turquía.



Causas de fondo de la guerra

En el fondo de todo el conflicto hay que buscar la rivalidad entre las naciones desarrolladas económicamente que luchaban por mercados a la vez que decretaban medidas proteccionistas para proteger sus productos de las otras potencias. Esta actitud había llevado al imperialismo.

Por otra parte, el militarismo fue alentado por los intereses industriales, sobre todo por la industria del acero, que sostenía, por ejemplo en Inglaterra, que la política alemana amenazaba el predominio británico en los mares. A la vez, la industria siderúrgica de ambos países apoyaban la política colonial porque intensificaba la producción de barcos y armas, entre otros de sus productos.

En los Balcanes, el nacionalismo tuvo un enorme papel en la Gran Guerra, puesto que Austria-Hungría trataba de reprimirlo cuando esto iba en contra de los intereses de Serbia, que deseaba crear un estado fuerte con salida al Adriático.

Otro factor que explica las causas de fondo de la guerra se halla en las relaciones franco-alemanas tras la guerra de 1870: el sentimiento revanchista por la pérdida de Alsacia y Lorena marcó indiscutiblemente la actitud francesa en el conflicto. Por su parte, Alemania trató de aprovechar la guerra para crear su ansiada Gran Alemania, mientras otros contendientes, como Italia, eran menos ambiciosos, aunque lucharon también para mejorar territorialmente; no hay que olvidar que Italia pretendía finalizar su unificación con la anexión de Trieste y Tirol, aún en manos austríacas.


Operaciones militares

Desde el primer momento, lo que se preveía como una guerra corta de grandes y rápidas batallas quedó convertida en una guerra estancada, con un mantenimiento estratégico de posiciones que socavó hondamente los recursos económicos de los distintos contendientes.


Guerra de movimientos

Alemania, para evitar mantener un frente doble (contra Francia y contra Rusia), trató de aniquilar primero a Francia ocupando Bélgica, desde donde pretendía invadirla partiendo del sur y del sudeste. Sin embargo, el ejército alemán quedó bloqueado en Marne gracias a la acción del mariscal Joffre, que estableció un frente estable en el franco occidental. En este lapsus de tiempo, Rusia reaccionó avanzando hacia Alemania. Sin embargo, el error de los rusos fue que avanzaron demasiado rápido y el general alemán Hindenburg tuvo tiempo de dividir el ejército ruso en dos frentes y vencer a éstos en las batallas de Tannenberg y de los Lagos Mazurianos.


Guerra de posiciones

En esta fase de la guerra (1915-16), Rusia y Francia fueron incapaces de vencer a Alemania y se produjo un punto muerto que se conoce como guerra de trincheras o de posiciones. Según discurrían los días, los atrincheramientos se hacían más estables y protegidos. Los sistemas de defensa se desarrollaban pero también los nuevos métodos de ataque (nuevas armas de tiro curvo, gases asfixiantes, tanques…). A pesar de todo, las acciones bélicas continuaron en campo abierto: Alemania logró recuperar Galitzia (Polonia) y pudo volcarse decididamente en el frente oriental para, una vez vencidos los rusos, afanarse en el frente francés.

En este período, Gran Bretaña castigaba a los Imperios Centrales a través del aliado más débil: Turquía. Sin embargo, el éxito de la acción fue relativo, puesto que no lograron tomar el estrecho de los Dardanelos en la batalla de Galípolli; Austria, por el contrario, sí logró ocupar Serbia.


Guerra de desgaste

En 1916 Alemania se vio en la imperiosa necesidad de romper las posiciones francesas, en un momento en que el bloqueo a que era sometido le empezaba a causar serios problemas. También necesitaba evitar el comercio de neutrales hacia los aliados, por lo que ensayó un nuevo arma: la guerra submarina. La guerra de desgaste, iniciada por Alemania, también tenía su faceta psicológica: se propusieron la toma de Verdún, punto más simbólico que estratégico. Sin embargo, Francia pudo responder a la presión alemana en la batalla del Somme. Los Aliados, por su parte, también iniciaron su particular guerra de desgaste fomentando el ataque a las colonias alemanas en África y en el Pacífico. En esta época la guerra tenía un carácter mundial, ya que se combatía en casi toda Europa y en las Colonias, especialmente en puntos estratégicos (como el canal de Suez).



El momento decisivo

Dos son los hechos que marcaron el punto de inflexión decisivo para la derrota de los Imperios Centrales en 1917:

1- La Revolución Rusa.

El estallido de la Revolución Rusa y la idea de Lenin de sacrificar parte del territorio antes que poner en peligro la Revolución, dieron la oportunidad a Alemania de firmar un acuerdo por separado con los Aliados y así eliminar un frente. La paz de Brest-Litovsk permitió que Alemania se concentrara en el frente occidental, aunque no confiaba en Rusia.

2- La incorporación a la guerra de los Estados Unidos de América.

Poco después de la firma del tratado ruso-alemán, Estados Unidos decidió entrar en la guerra. La excusa que buscó fue el hundimiento de un barco mercante por un submarino alemán, aunque, en realidad, se puede considerar que anteriormente Estados Unidos estaba participando económicamente de forma plena en el conflicto, prestando material y dinero a los aliados. Una de las razones de la participación de los Estados Unidos era que los créditos concedidos a Francia y Gran Bretaña debían ser cobrados tras la guerra; si Alemania vencía, estas devoluciones peligraban. Así pues, la entrada en el conflicto del gigante norteamericano invirtió el sentido de la guerra, pues este país contaba con el mayor desarrollo industrial del mundo en esos años, sin olvidar el durísimo golpe moral que asestó a los contendientes, especialmente a los imperios centroeuropeos.

Quedaba claro que, con la participación de Estados Unidos, Alemania sufría una inferioridad material y humana: poco más tarde cayeron los frentes de Italia y Turquía (septiembre de 1918) y estallaron movimientos revolucionarios en Praga y en otras ciudades de Austria-Hungría. Ante ello, Austria y Turquía pidieron a finales de 1918 la paz por separado y Alemania, aislada, capituló poco después. Los Aliados, como primera condición para negociar la paz, pidieron la dimisión del Káiser Guillermo II, hecho que sucedió en noviembre de 1918.



Economía de guerra

La prolongación de la guerra supuso tanto problemas de abastecimiento como la necesidad de racionalizar la producción. En esos años, la industria bélica absorbía gran cantidad de recursos y necesitaba más mano de obra. La solución más habitual al problema fueron los decretos-leyes sobre trabajo obligatorio (como sucedió en Alemania) y también empleando de forma masiva a las mujeres en la industria. Asimismo, se logró más mano de obra acogiendo a inmigrantes procedentes de las colonias y poniendo a trabajar a los prisioneros de guerra. La industria bélica se desarrolló enormemente, por lo que aparecieron nuevas respuestas a problemas técnicos y nuevos armamentos.

Esta economía de guerra exigía enormes gastos, sufragados por créditos de países neutrales, acción crediticia en la que, sobre todo, destacaron los Estados Unidos como acreedores de la Europa bélica. Con motivo de ello, también exigía grandes sacrificios a la población, puesto que agotaba reservas y el bloqueo a que se sometían ambos bandos hacía necesario el racionamiento de los bienes indispensables. Sin duda resultado de todos estos factores fue el hecho de que la población, que en un primer momento apoyó incondicionalmente el enfrentamiento bélico empujada por un sentimiento nacionalista, comenzó a rebelarse contra la guerra y sus efectos, sobre todo cuando fue consciente de que sus esfuerzos eran en vano.

La guerra, por otro lado, imponía un sistema político muy rígido: se suprimieron parte de las libertades individuales y fueron introducidas medidas estrictas, como la censura de la prensa, la pérdida de atribuciones parlamentarias… En esos momentos, el movimiento pacifista, defendido en principio por prácticamente sólo los socialistas en 1915, cobraba fuerza hacia 1917-18, dado el descontento social y de los combatientes.

Los Imperios Centrales sufrieron revoluciones sociales internas que provocaron una precipitación de la firma de la paz; en los Aliados el ambiente era diferente tras varias campañas exitosas y la entrada en el conflicto de los norteamericanos.




La negociación de la paz

Antes de desarrollar cómo se enfocaron los tratados de paz, conviene explicar qué deseaban los Aliados y qué hubieran deseado Alemania y el resto de vencidos.

Alemania, apoyada por Austria y Turquía, deseaba unas fronteras seguras, algo que conseguiría por el control económico y militar de Bélgica, y la unidad económica de centroeuropa. Por otro lado, quería acabar con la competencia británica y, asimismo, deseaba ampliar el número de territorios coloniales.

En cuanto a los Aliados, que abanderaban la idea de la democracia, pedían la justa restitución a Francia de Alsacia-Lorena (en manos de Alemania desde la guerra Franco-prusiana) y enormes compensaciones económicas, como eran la ocupación de las colonias germanas y de los territorios turcos en Oriente Medio (alto valor económico: petróleo). En este sentido de castigo o compensación económica hay que entender la solicitada cesión de la región del Sarre alemán a Francia.

Con respecto al Imperio Austro-Húngaro, los Aliados solicitaban el derecho de autodeterminación de los territorios y que se aceptara la soberanía de la zona ocupada (Serbia y Montenegro, Bélgica, etc). También se pedía a los alemanes la autonomía de Polonia y se pretendía, con respecto a los turcos, su expulsión de Europa.

El primer intento de llegar a una paz negociada lo presentó el presidente de los Estados Unidos de América, Woodrow Wilson, en 1917, programa de paz conocido como los Catorce Puntos de Wilson. Dicho programa, que más adelante se desarrollará, fracasó por la intransigencia de ambos bandos: por ejemplo, Alemania solicitaba la recuperación de sus colonias perdidas y la aceptación de la anexión de Polonia.


Los antecedentes de la Paz

Se tratará aquí de analizar aquellos acercamientos previos a la negociación final en los que tomaron parte todos aquellos países implicados en el conflicto.


Los Catorce Puntos de Wilson

Este programa recogía los siguientes supuestos:

- Que se reconociera el principio de nacionalidad, es decir, la autodeterminación.

- Que se declarara ilegal la diplomacia secreta.

- Que se declarara la libertad de navegación en los mares.

- Que se proclamara la reducción de las barreras aduaneras.

- Que se creara una organización que velara por el mantenimiento de la paz, esto es, una Sociedad de Naciones.

Wilson pensaba en una paz justa sin anexiones ni indemnizaciones. Sin embargo, Alemania no aceptó la paz hasta que no se quedó aislada y abandonada por sus aliados.


El Affaire Sixto

Por este nombre se conoce la negociación austríaca. Este príncipe francés, cuñado del Emperador de Austria, fue el encargado de negociar la paz de Austria por separado. Este país temía quedar aislado si Alemania era al fin derrotada. La paz buscada por los Aliados fracasó ante la negativa de Italia, Rumania y Serbia a negociar, puesto que suponía una previsible pérdida de las compensaciones buscadas. Austria, de haber sido un éxito la negociación, habría reconocido la devolución de Alsacia-Lorena a Francia, así como la independencia de Bélgica, lo que resultaba del agrado de Francia.


La iniciativa papal

El papa Benedicto XV, a través de Monseñor Pacelli, el que fuera papa con el nombre de Pío XII, negoció la paz convencido de que su iniciativa sería aceptada por los católicos austríacos. En su programa hablaba de la condena de la guerra y reconocía el derecho natural y la libertad de los mares, además de solicitar la renuncia a futuras indemnizaciones y exigir tanto la evacuación de los territorios ocupados como el inicio de una política de desarme.


Los tratados de paz

Una vez los Imperios Centrales cesaron la guerra (tras abandonar la contienda, consecutivamente, turcos, búlgaros, austríacos y, por último, alemanes), los beligerantes se reunieron en Versalles en enero de 1919. En realidad, no fue una negociación sino una imposición conocida como tratado de Versalles, si bien se utilizaron como base los Catorce puntos de Wilson, aunque sin seguir sus proposiciones estrictamente.

Lo que se estableció fue lo siguiente:

- Se creó la Sociedad de Naciones (SDN).

- Alemania fue obligada a rectificar sus fronteras para devolver los territorios ocupados y Alsacia-Lorena; asimismo, fue obligada a ceder a Francia, como territorio bajo tutela, la zona del Sarre.

- Se desmilitarizaba la margen derecha del Rin, que fue controlado por los aliados.

- Se establecieron unas enormes indemnizaciones de guerra que debían recaer sobre Alemania.

-Se convocaba a los militares alemanes para ser sometidos a juicio de guerra.

Con Austria se estableció un tratado de paz por separado conocido como el tratado de Sain-Germain que, normalmente, se considera parte del tratado de Versalles. Por éste se establecía lo siguiente:

- Se reconocía de la independencia de Hungría, Polonia y Checoslovaquia; por lo tanto, se establecía la disolución del Imperio Austrohúngaro.

- Se decretaba la cesión a Italia del Tirol, Trieste e Istria.

Con Hungría como nuevo país soberano se firmó una paz por separado conocida como el tratado de Trianon, en el que se reconoció la independencia de Checoslovaquia, Yugoslavia y Rumanía.

Con Bulgaria se firmó el tratado de Neuilly, en el que este país renunciaba a todas las adquisiciones.

Sin duda, el tratado más complicado fue el tratado de Sèvres entre los Aliados y Turquía. Por él se estableció lo siguiente:

- Se proclamaba la independencia de Arabia y Armenia.

- Los territorios de Oriente Medio en Mesopotamia, Palestina y Jordania pasaban a ser tutelados, como mandato de la Sociedad de Naciones, por Gran Bretaña.

- Siria y Líbano serían controlados por Francia.

- El sur de Anatolia quedaba asignado a Italia.

- Los estrechos de Mar Negro y Mediterráneo se declaraban neutrales y libres a la navegación.

Consecuencias de la guerra

Francia consiguió tras la guerra la hegemonía militar y política en el continente, situación de privilegio que había perdido en 1870.

Estados Unidos, según muchos historiadores y economistas (entre ellos Keynes), cometió un error de enormes consecuencias políticas y económicas al no tratar de reconstruir una Europa hundida, algo que se configuró como una de las causas de la crisis de 1929. Por otro lado, creó tal estado de frustración en varios países que contribuyó al éxito en ellos de los regímenes autoritarios.

La guerra, como toda crisis militar, provocó un enorme descenso de la natalidad y del nivel de vida. Las pérdidas económicas fueron cuantiosísimas, lo que hizo aumentar la deuda pública de todos los países y causó un proceso inflacionario sin precedentes, sobre todo en los países vencidos.

En el sentido de la división territorial europea, la Primera Guerra Mundial, como ya se ha indicado, marcó tanto el fin de los grandes imperios como la división territorial y política de los Balcanes.

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